viernes, 26 de septiembre de 2008

Escuela de las Americas...

De la nostalgia a la indignación.

Ese podría ser el subtítulo de este post. En vez de hablar sobre deliciosas anécdotas del pasado me es imprescindible hablar de Colombia, en particular de algunos hechos que soló han salido recientemente a la luz pública.

Reporta la revista Semana sobre casos de jovenes de escazos recursos que después de salir de sus casas atraídos por alguna oferta económica aparecen registrados como muertos en combate por el ejercito de Colombia, ya sea tildados de guerrilleros, extorsionistas o paramilitares. La gravedad del caso (y de ahí la indignación) radica en el hecho de que sus muertes ocurrieron al siguiente día de salir de sus casas o a los pocos días después.

El periodico el Tiempo también reporta sobre las irregularidades en otras regiones del país.

El común denominador de todos estos casos es la pobreza de las victimas, su muerte en "combate" tan solo unos días después de salir de sus casas, y el parte oficial de victoria del ejercito donde son descritos como criminales dados de baja después de semanas de arduo seguimiento e investigación.

Semana y el Tiempo reportan la información con cautela, pero el crimen es tan evidente que me dan ganas de gritar. Es tan importante mostrar resultados de la guerra frontal contra la guerrilla que el ejercito no repara en fabricar falsos operativos ? Que clase de seres humanos pueden diseñar este tipo de operaciones?

Dado el alcanze de las desapariciones es evidente que se trata de una estrategia concertada a alto nivel, son demasiadas las coincidencias como para descartar estos eventos como hechos aislados.

Que tristeza por mi Colombia, el espiritu de la escuela de las américas sigue vivo, después de tantos años y nunca aprendimos nada...

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Los rumores sobre mi muerte....

Después de tantos meses sin escribir es agradable regresar de nuevo. Mi viaje por Buenos Aires terminó varios meses atrás. De hecho, regresé unos cuantos días despues de escribir mi post.

Aunque ya me había disculpado por email, lo hago de nuevo, de verdad me hubiese gustado encontrarme con la comunidad de Literatos en Buenos Aires pero desafortunadamente no tuve conmigo la información necesaria para hacerlo. Pero en fin, fue un buen viaje, disfruté bastante los pocos días que por allá estuve, la ciudad fue muy agradable y me trajé una muy buena impresión de los porteños en general (contraria a la "interesante" fama internacional). La comida en particular me fascinó, y si alguno de Uds planea viaje en el corto plazo les recomiendo un restaurante llamado Sotto Voce en Puerto Madero, que comida!

También es agradable ver como el interes en el blog se ha mantenido de una forma u otra, y se aprecian los posts que fueron hechos durante mi ausencia.

Ahh, hay tantos temas por contar, recuerdos que me vienen así de la nada, pero necesito organizar mas esos pensamientos, asi que por ahora dejo este corto saludo con la esperanza de poder postear más a fondo en corto tiempo.

A propos, el LHC ya se encendió y todavía seguimos por acá, ya se que todavía no han empezado las colisiones en forma, pero al menos es una buena señal ;)

viernes, 9 de mayo de 2008

De Viaje

Che! Estoy en Buenos Aires!

lunes, 14 de abril de 2008

Untitled II

El post anterior me salió increiblemente largo, y de paso mis palabras se perdieron por caminos de mi pasado que no eran relevantes a lo que realmente quería decir.

Este post por el contrario es increiblemente corto. Comparto con Ustedes mi canción favorita, a la cual llegue por puras causas y azares. El tema es un clásico de la buena música y existen, literalmente, miles de versiones. Esta en particular le hace bella justicia al arreglo original. Ojalá disfruten de Manhã de Carnaval:

http://www.youtube.com/watch?v=_ieWwrmygbA

sábado, 12 de abril de 2008

Untitled

Música y eterno retorno son temas inagotables y en ese sentido quiero expresar mi sentido agradecimiento a todos Ustedes por compartir sus anécdotas, historias, sentimientos y vivencias conmigo (con todos nosotros). Durante todas estas semanas de silencio forzoso me he logrado nutrir de sus palabras.

Regresando al tema de la música, expreso mi envidia absoluta hacia Don Free por haber él tenido la oportunidad de interactuar con tantos grandes artistas que yo si acaso he visto de lejos y apretujado por las masas en concierto.

De paso, quisiera avanzar una hipótesis bien arriesgada que valdría la pena comentar si Uds tienen tiempo:

El camino tortuoso de los gustos musicales termina llevandonos, inevitablemente, a los ritmos afro cubanos.

La hipotesis tiene un corolario:

Junto a la immersión en Guaguanco, Son, Montuno y otros, nos llega mágicamente la influencia Brasilera, así salida de la nada, quizás de la mano de un Luis Bonfá, o un Vinicios de Morais, disfrazados de nombres más recientes y reconocidos.

Tarde o temprano terminamos seducidos por Cuba y Brasil.

Y para empezar la discusión cuento mi historia personal, y de paso explico el porque de mi fanatismo absoluto por la música de Ruben Blades.

Advertencia, este post es bastante largo, asi que aún tienen tiempo de escapar.

Mi niñes estuvo acompañada de Joan Manuel Serrat y Leonardo Favio. En ese punto no tuve nada que hacer, ellos eran los favoritos de mi padre quien los escuchaba frecuentemente, en particular los fines de semana. El hecho de que ni nombre sea Leonardo nunca fue una sorpresa para mí, desde niño supe que tenía que estar relacionado con el cantante, sospecha que fue confirmada años después cuandos supe de la amistad de mi padre con el artista durante los años en que este último vivió en mi ciudad natal.

Por extension, por esa ley de la vida que dice que todos los hombres terminanos pareciendonos a nuestros padres, amo a Joan Manuel y a Leonardo Favio. Nada que hacer, todo un anacronismo al menos para la generación a la que pertenezco.

Ese forzado inicio musical me marcó para siempre, ya que con el paso del tiempo me fue muy difícil asimilar la música popular en general, nunca le pude encontrar la belleza y la fuerza que Serrat por ejemplo le daba a sus canciones. Por supuesto que en las familiares fiestas decembrinas no faltaba la música para bailar, que en el caso de mi amada Colombia, eran la cumbia (original), paseo, porro y vallenato. En mi ciudad natal, situada en medio de lo queda de los Andes cuando entra a Colombia, no se escuchaba la Salsa ni el Merengue, esos ritmos exóticos no lograban penetrar la infranqueable barrera del proteccionismo económico muy de moda en esos años en las naciones de América Latina.

Así pues que la oferta musical de mi niñes estaba entre Serrat y la Cumbia. Y por más que hacía un esfuerzo mental en rechazar esa música africana, nunca pude. Esos tambores eran hipnóticos, mi cuerpo obedecía a sus instrucciones, era imposible resistirse a bailarla. Desde esos años tempranos mi sangre africana (que en algún lado debo tener) ya se hacía sentir. Suelo bromear cuando afirmo que hay una conexión entre los genes y la música, en particular cuando estoy en compañía de una querida amiga bióloga que se pone roja de la rabia cada vez que menciono esa herejía.

El Rock llega con fuerza, en particular a mi generación, y ese subversivo cultural que llevamos dentro me hace cortar con mis raices, y entregarme al sonido bestial (no al de Ricardo Ray y Bobby Cruz). Afortunadamente a mi me tocó la última fase del Rock cuando ya estaba rayando en virtuosismo, en particular a la cabeza de una banda como Metallica. Esa etapa la disfrute muchisimo aunque duró poco tiempo.

Hago un parentesis. En Colombia (no sé si en el resto de América Latina tambien) existía una ley no escrita que decía que todo familia debía tener al menos 10 hijos. Se pueden imaginar entonces que con más de veinte tíos y treinta primos hay mucha tela para cortar. Mi familia tenía de todo: ingenieros, economistas, monjas, hippies, estafadores, proxenetas y por supuesto contrabandistas.

Uno de esos queridos tíos contrabandistas se especializaba en música, y es así como en unas vacaciones en casa de mi abuela en 1985, descubrí a Buscando America, un album que apenas vino a circular legalmente en Colombia alrededor de 1991 (ocho años después de lanzado). Ya mencioné mi obsesión con Todos Vuelven, pero el album completo es una joya, incluso el único tema con formato para radio: Decisiones, es agradable y está muy bien realizado.

Buscando América produjo un cambio radical en mis actitudes de adolescente malcríado. Por una parte, una canción llamada El Padre Antonio y su Monaguillo Andrés le dió una bofetada total a mi indiferencia con el conflicto interminable en Centroamérica. La canción me tomó por sorpresa, aunque sabía que era alegórica, soló vine a identificar al personaje real hacia el final de los coros cuando Ruben responde:...

suena la campana.... por un cura bueno...
suena la campana.... Arnulfo Romero...

Ese tema me arranca lagrimas aún hoy en día. El asesinato de Monseñor Romero me duele en el alma cada vez que lo recuerdo.

De otra parte, la fusión musical en el Album de ritmos antillanos, brasileros y centroamericanos, abrió una puerta que jamás se ha cerrado. Rubén Blades me hizo descubrir un mundo entero con tan solo siete canciones. Un mundo no solamente musical, sino también lleno de inquietudes políticas, de denuncia, de injusticias, y me dió una buena idea del estado de América Latina, que de otra forma no hubiera podido adquirir debido a la propaganda oficial de derecha que existía y aún existe en nuestro continente (y en particular en mi amada Colombia).

Desde ese día me dediqué a seguirle la pista a Rubén, a encontrar sus producciones anteriores, una tarea titánica aún con conexiones en el bajo mundo. El único album que legalmente circulaba en Colombia era Siembra, esa magistral producción donde esta Pedro Navaja, Plástico, Siembra, Buscando Guayaba y otras más. Ese álbum a diferencia de Buscando America, es salsa pura, de la brava, todas las canciones son para bailar (aunque Ruben se las arregla para enviar un par de críticas sociales con Siembra y Plástico).

En esa era pre-internet, solo se podía encontrar información hablando con los oráculos. Y en esas me pase toda mi adolescencia, hablando con expertos salseros que no sólo me proveian información sobre Rubén, sino también me adentraban más y más en ese bello mundo de la música afro cubana. Mientras mis amigos se la pasaban en los clubs de moda, yo iba de antro en antro esquivando borrachos y puñaladas, buscando información, aprendiendo los nombres, el canon. La noche se convirtio en biblioteca, el baile en escritura, la música en palabra.

Era inevitable, aprendí a tocar percusión ligera, luego vinieron los jam sessions con algunos de mis nuevos amigos, finalmente la banda, un pequeño cuarteto de cuerdas y congas, y sin darme cuenta ya andaba con orquesta completa con sección de vientos, bajo, piano, coros y cantante.

Una bella y rumbera etapa de mi vida, que tuve que dejar atrás durante los años de Universidad, aunque la banda se siguió reuniendo los fines de semana solo por el placer de hacerlo y para un público más selecto y reducido...

Uff esto está muy largo, continúo después si no hay problema.

jueves, 13 de marzo de 2008

Otro tema

Quería guardar silencio sobre este tema ya que no está completamente relacionado con la sala de Literatos, pero mi nostalgia puede más.

Hace diez años, en Marzo 13 de 1998, dejé atrás mi patria con el optimismo de un pronto regreso (venía a un proyecto de sólo un año de duración), vine a explorar tierras extrañas, conocer una nueva cultura y a la realización de un sueño. Ese año inicial se convierte en dos, luego otro país, otro proyecto, y ese juego interminable que es la vida conspira y me convierte en un expatriado más, de esos que tanto criticaba durante mis años de idealista social.

Ha sido un duro viaje, son diez años lejos de mi tierra y hoy el regreso anhelado se ha transformado en desilusión. En una certeza que nunca he de volver, en ese sabor agridulce que queda en la boca después de visitar familia y amigos, y sentirme forastero en esos mismos valles y montañas que vieron mi niñez.

Comparto con ustedes este pequeño momento de introspección, donde me detengo en un aeropuerto de provincia de un país del tercer mundo con lágrimas en los ojos diciendo adiós a mis padres, abrazandolos. Con temor en mi alma, y a la misma vez con alegría, un sueño se cumplía, pero el precio pagado solo vendría a saberlo muchos años después.

Respiro profundo, hoy es otro día.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Rock and Silvio (y salsa)

De alguna cosa se tenía que hablar en la sala de literatos, y como de literatura más bien poco, un tema frecuente era la música.

En esto creo que muchos han de estar de acuerdo. Literatos probablemente concentraba a una buena cantidad de expertos en diversos estilos musicales. Verdaderos conocedores del tema como 4AD compatriota colombiano, don Mario de México o, como la rockera número uno, mi estimada Mijacko (quien dicho sea de paso ya dejó unas líneas de saludo aunque con otro nombre). Compartir sobre música con ellos era toda una delicia.

Era interesante ver que las similitudes en gustos eran más frecuentes de lo que uno podía pensar. Por ejemplo Silvio, Serrat, Sabina et al, eran el común denominador de la mayoría de quienes frecuentaban literatos. De hecho, tengo una hipótesis sobre ese fenómeno aunque no sé que tan certera sea. Yo culpo del gusto por Silvio, Serrat y demás al haber asistido a una Universidad Pública, que dicho sea de paso tambien es la causa de gustos como el ping pong y la salsa de Rubén Blades (al menos eso es lo que mi hipótesis predice).

Pero en la sala también se discutían otros géneros y autores, muchos de ellos desconocidos para mi. Por ejemplo, uno de mis descubrimientos musicales favoritos es Astor Piazzolla. Diez años después y aún bendigo el día que escuché su nombre por primera vez en literatos.

No tengo duda que así como yo, muchos de ustedes también fueron educados en otros autores, estilos y géneros. Una muestra de que ese tiempo que pasamos en Literatos dejó una huella más grande que solo el recuerdo de amigos y palabras.

jueves, 28 de febrero de 2008

La vida te da sorpresas...

Recuerdo una de tantas anécdotas en la sala de Literatos, viene a mi mente así de improviso y esta relacionada de alguna forma con las Musas confusas y los verdaderos escritores que se camuflaban entre nosotros pobres mortales que visitabamos la sala.

Porque algo deben aceptar las musas que hoy leen este blog. Muchas de ellas soñaban con encontrarse a un escritor de verdad entre nosotros, parecía que esa era una de esas misiones secretas que todas ellas llevaban por dentro pero que jamás revelaban de dientes para afuera.

Una noche de esas últimas antes de que el chat desapareciera, decidí revelar mi verdadera identidad aprovechando el muy poco público que se encontraba en ese momento. Por verdadera identidad me refiero a mi primer nombre y primer apellido, nada concreto pero a los visitantes del chat les encantaban ese tipo de revelaciones. No tan pronto terminé de presionar enter, una pequeña conmoción empezó a gestarse, mensajes privados preguntado, de verdad eres tal y tal ? con la predecible respuesta: por supuesto. Pobre de mi, ignorante del todopoderoso Google que contenía cientos de hits con mi nombre.

A la siguiente noche, la sala estaba más concurrida. Tan pronto entro, llueven mensajes privados de cantidades de musas, preguntando, averiguando qué sí era en realidad yo el escritor, el hombre de la Luna Nómada y que sorpresa, de verdad te habías guardado el secreto, escritor y nunca lo contaste. Cual es tu email, tu teléfono, cuando regresas de Barcelona ?

Creo que por un breve momento logré experimentar lo que debía ser la fama, al menos en cantidades moderadas y limitada al contexto del chat. No bastó negar lo erróneo de la creencia de las musas, cosa que hice por varios días y noches, el daño ya estaba hecho. La creencia de que Leov era escritor se quedo para siempre en algunos habitantes de la sala a pesar de las aclaraciones y de que mi homónimo era ecuatoriano, y no colombiano como lo soy yo (y más aún, despues de constantar que la fotos del verdadero escritor no se parecían en nada a las fotos piratas de este servidor que ya debían circular por el bajo mundo del chat).

Despues de diez años aclaro, no soy escritor, soy científico loco de cabello a la Einsten y la verdad de escritura no tengo ni idea. Asi que siento decepcionar a las musas que todavían lo creen. Aunque a ellas les digo: la sala sí era frecuentada por escritores profesionales de diversos calibres, ojalá y los hayan descubierto en su tiempo.

sábado, 16 de febrero de 2008

Literatos y psychos

Escribo este post en medio de una larga e insomne noche y para colmo delirante. Ya perdí la cuenta de cuantas horas llevo sin dormir y la fiebre escazamente deja funcionar mi cerebro, así pues me perdonan los errores ortográficos y demás incongruencias que se hagan presente en este escrito. Ya habrá tiempo para corregirlas.

Después de intentar cuanto truco conozco para llamar al sueño, me he rendido y ahora pongo todas mis esperanzas en este blog. Tal vez, ojalá, me ataque el sueño en medio de un párrafo o después de alguna sentencia incompleta. One can only hope.

El delirio es una buena excusa para mirar atrás a los tiempos de literatos y en particular para desenterrar los momentos mas incómodos vividos en ese espacio virtual. Veran, en mi caso tengo una interesante tendencia a olvidar toda mala experiencia y solo conservar lo positivo que ellas puedan dejar. Una bella consecuencia de tal manía es que mi vida es una constante sucesión de bellos recuerdos, la mala nueva es que es una imagen incompleta de lo que realmente he vivido.

Literatos no podía ser la excepción. Cuando un número suficientemente grande de personas se reúne en un mismo espacio es inevitable, gracias a la estadística, que algún sicópata se haga presente también. Porque no nos podemos engañar. Todos llevamos un pequeño psycho en nuestro interior.

Otra buena excusa de estar delirando es que voy a mencionar a mi psycho en particular por nombre propio, o más bien, por nick propio. Y esto será como una terapia, porque la cantidad de zozobra que esa persona me hizo vivir no se puede poner en palabras. Aunque después de tantos años, esa experiencia parece risible (but again, I could blame that on my convenient tendency to forget).

Qué puedo decir de Valeria? Como en otras ocasiones he de prestar las palabras del oráculo de la sala, don Freevolo. Quien la llamaba una musa piernipeluda y altamente peligrosa. Independiente de todas las advertencias, un buen día decidí finalmente entablar conversación con "ella". Al fin y al cabo, ya llevaba muchos días de negarme a responder sus mensajes y saludos públicos en la sala. Pudo más mi remordimiento de ser grosero que todo el sentido común y de grupo que me advertía sobre el peligro.

Después de todo este tiempo no sé si Valeria era algún estudiante de sicoanálisis haciendo investigación en Literatos, o si realmente era un genuino sicópata. Quisiera creer lo primero, pero todas las pruebas que ahora encajo apuntan a lo segundo.

Que mujer más intensa (la llamo mujer pare seguir el juego de género que el nick induce). No desperdiciaba un segundo en encontrar la manera más cruel de hacerme sentir mal, apelando a sentimientos primarios: como culpa, remordimiento y sentido del bien. De verdad que ella logró despertar el masoquista inside me.

En un punto extremo abandoné la sala. En realidad no podía tolerar más tanta manipulación, ella era como una droga que me llevaba por el camino de la autodestrucción y yo no tenía la determinación necesaria para ignorarla y seguir con mi vida.

Después de meses de ausencia y de recuperar mi propia fortaleza regresé a confrontarla. Afortunadamente estaba curado de Valeria, desafortunadamente ella seguía con su juego, ahora con una fresca y nueva víctima que por supuesto no quizo atender nuestras advertancias.

El ciclo arrancaba de nuevo.

sábado, 9 de febrero de 2008

Temas extraños

Después de una forzada y larga ausencia, es tiempo de continuar con los recuerdos.

El tema de Cortazar dio para un buen rato aunque no todos mordieron el anzuelo. De todas formas fue una buena excusa para ventilar muchas otras cosas más. A estas alturas me pregunto si hubiese sido una buena idea seguir con el tema de Borges y el porque los literatos del cono sur parecían detestarlo.

En fin, antes de continuar quiero agradecerles a todos ustedes por sus comentarios, y por mantener este espacio con vida mientras me encontraba ausente. Me tomó un largo rato ponerme al día pero aquí estoy, listo de nuevo para recibir su ayuda con mi pésima memoria.

Uno de los temas más extraños y quizás la conversación mas interesante que yo haya tenido en la sala fué sobre John Dee. Nunca imagine que alguién en literatos se pudiera interesar en tan peculiar personaje.

Una noche cualquiera, uno de nuestro estimados colegas que en ese entonces llevaba el nick de Umbral, mencionó por casualidad algo llamado el Sello de Salomón. Con ese sola mención quede frío, al parecer había en la sala alguién como yo interesado en ese tipo de temas. Solo faltaba por saber si el interés de Umbral era netamente histórico o si el se creía todo el cuento. Después de una larga conversación donde de Salomón pasamos por Enoch y su lenguaje secreto y terminamos en descifrar todos los nombres ocultos de dios (tarea, que según dice la tradicion oculta, entrega el poder total del universo a quien la complete) me di cuenta que a Umbral al igual que a mi, sólo le interesabe la parte historica. De todas maneras fue una charla amena y completamente diferente a cualquiera de las muchas que tuve antes y después en literatos.

Nota: después de descifrar todos esos nombres, aún sigo siendo un pobre mortal.

miércoles, 16 de enero de 2008

Canon

Aunque escasas, las discusiones literarias afloraban de vez en cuando en la sala de Literatos. Tales discusiones fuera de las poses eruditas o de la rapidez de cortar y pegar desde Google, dejaban entrever que la sala tenía una lista oficial de lecturas obligadas, un Canon al que había que ceñirse si uno quería ser respetado.

Por coincidencia, o tal vez por las mayorías del cono Sur en la sala, el libro número uno del Canon parecía ser Rayuela de Julio Cortázar.

A Cortázar lo había conocido a través de cuentos cortos pero jamás lo había leído en novela, de hecho Rayuela estaba en mi lista de espera. En ese entonces andaba leyendo a Eco, y entre el Nombre de la Rosa y el Péndulo de Foucault tenía material para un buen rato.

La obsesión con Rayuela por parte de muchos miembros de la sala rayaba en lo enfermizo. Al principio era interesante observar como algunos humanos se podían apegar tanto a un solo trabajo literario, desafortunadamente con el paso del tiempo tanto "fanboyismo" terminó por causarme náusea y de la lista de espera, Rayuela pasó al olvido. Se hablaba tanto de ese libro en la sala, de sus intertextualidades, de su tiempo no lineal, de su genialidad, de su capacidad descriptiva, de su final recursivo, de sus personajes metafóricos, mejor dicho para qué leer un libro al que ya habían despedazado y analizado, y cuya autopsia se revelaba noche a noche en la sala. Todo el trabajo de lector ya había sido realizado por otros, el libro no me necesitaba.

Tuvieron que pasar muchos años, y la desaparición de la sala, antes de atreverme a abrir ese ejemplar que una bella amiga me trajo desde Barcelona, el cual guardó polvo por casi una década. Terminado el doble ejercicio de leer el libro (porque vale la pena leerlo en dos órdenes diferentes) me queda un buen recuerdo de Cortázar y de su prosa poética, las intertextualidades, las metáforas, los finales recursivos, todos pasan a un segundo plano, la obra se disfruta por lo que es, por su esencia, todo lo demás, una simple excusa para pasar de Literato en Literatos.

jueves, 10 de enero de 2008

Literatura y Sociedad

Entre la muerte de un mundo y el nacimiento de otro en la sala de Literatos a veces podían pasar varias horas.

Horas enteras de silencio, o de vacíos mensajes que seguían el patrón de: "alguién ha visto a tal y tal nick ?" que por supuesto provenían de usuarios totalmente desconocidos preguntando por gente aún más desconocida.

Yo, tal vez como muchos más en la sala, me solía conectar desde mi sitio de trabajo en las tardes con la esperanza de encontrar a alguién conocido. Lo que encontraba la mayor parte del tiempo era desolación. Al parecer la mayoría de mis amigos virtuales tenían mejores cosas que hacer(como estudiar) o se tomaban mucho más en serio la cuestion de trabajar. Qué hacer entonces con tanto tiempo en mis manos y una sala vacía ?

La respuesta: La Sociedad de los Poetas Vivos. Una sala itinerante creada por usuarios y habitada por gente que al parecer le encantaba la poesía (sí nos tomamos bien a pecho el título). Por varias semanas ignoré la sala dada mi hostilidad natural hacia todo lo que suene a poesía, pero al final pudo más el aburrimiento y finalmente hice el cross over.

Me costó bastante trabajo ajustarme a la sobredosis de dulzura que la sala producía. Abrazos por aquí, rosas por acá, besos por allá. De hecho aún hoy en día me cuestra trabajo. Pero lo importante es que era una sala muy activa precisamente cuando Literatos estaba en transición horaria.

Así como en la sala de literatos no se hablaba casi nunca de literatura, de igual forma la buena poesía era bien escaza en la Sociedad de Poetas. Aunque le abono a sus participantes las buenas intenciones que tenían y el esfuerzo que realizaban. Probablemente al cabo de varios años alguno de ellos haya logrado madurar en un buen poeta.

Mi presencia allí se limitaba a leer los copiosos versos que llovían de todas direcciones y aunque la mayoría de ellos carecían de verdadero sentido poético, al menos me distraían y me permitían tratar de arrancar temas de conversación. A diferencia de los ComePoetas, mi intención no era interrumpir la buena o mala poesía que allí se escribía, sino más bien crear un mini-Literatos al menos mientra la sala principal se movía de nuevo.

Reconozco que los poetas vivos jamás mordieron el anzuelo, y que todas mis inquietudes existencialistas se quedaron incompletas, aunque eso sí, cualquiera de mis intentos por desmitificar la existencia del alma eran seguidos por incontables versos que hablaban de ella. Los poetas siempre fieles a su oficio.

Allá me quedaba hasta que algún mensaje privado me regresaba a Literatos, fin de una transición y comienzo de un mundo nuevo. En Literatos la vida era más dura y la piel se hacía más gruesa. En secreto, me alegraba empezar la noche con algo de dulzura que se venía colada desde ese universo alterno. Eso, por supuesto, jamás lo supieron mis eruditos amigos de Literatos, esa herejía me la he guardado todos estos años. Ojalá no me la cobren ahora.

Salud por los poetas!, y de paso pido excusas por el tiempo que he tardado en postear de nuevo.